domingo, 2 de octubre de 2022

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Capítulo 53

 

Lian suspiró en el justo momento que estaba seguro que la frágil mujer en sus brazos se quedó dormida. Cuidadosamente colocó el cuerpo laxo en una de las pieles que habían sido dispuestas en la habitación y se frotó uno de los hombros adoloridos.

 

Ella había sido la última. Las demás chicas ya estaban descansando en otras pieles y Lian sentía que todo el peso del trabajo comenzaba a hacer efecto en su cuerpo, así que se levantó para estirarse y tratar de sacudirse un poco la tensión acumulada; también movió la cabeza para aligerar la molestia en su cuello.

 

Un ruido le hizo girar suavemente y vio que Aer se asomaba. El joven deslizó la mirada en las mujeres dormidas y arrugó el ceño.

 

— No esperaba que quedaran agotadas — dijo.

 

— No fui el único que utilizó energía — explicó Lian y caminó hacia la puerta, empujando a Aer para salir de la habitación y ver a su molesto primo beber licor, mientras Noah charlaba de algo —, pese a que la enfermedad ha estado afectando su cuerpo, se han resistido a la corrección de vibraciones, lo que mina sus fuerzas y las deja agotadas.

 

— Pasó lo mismo con padre — recordó Noah, lo que hizo reír a Lian.

 

— Estoy agradecido que las chicas no tengan la energía de tu padre — dijo con alegría —, él me dejó muy cansado.

 

— ¿Entonces has acabado? — preguntó Yuen.

 

— Está hecho — confirmó Lian.

 

La afirmación fue seguida por un incómodo silencio que no sorprendió a Lian; la mayoría de la gente a la que ayudaba a curarse, no tenía real confianza en que fuera a ocurrir y verse librado de la enfermedad le era lo suficientemente extraño, como para no haber previsto algún tipo de respuesta.

 

Él estaba más acostumbrado a eso, claro. La única reacción distinta, fue del padre de Noah, quien resultó ser un pakhupra cuyas conexiones comenzaron a fallar, pero que jamás dejó de buscar reparar cada una de ellas. De alguna manera, no se había rendido, pese a que estaba perdiendo la batalla.

 

Lian levantó la mirada hacia Noah y lo descubrió sonriendo. El simple gesto, hizo que le devolviera la sonrisa y tuvo una sensación de triunfo que le pareció extraña. Noah le concedía ese logro.

 

— Bien, bien, par de exhibicionistas — se quejó Yuen y empujó a Lian con un golpe en el hombro que cortó la conexión de ambas miradas —. Traten de comerse con los ojos a solas; aquí tenemos cosas qué hacer.

 

— Te has vuelto un desagradable — gruñó Lian, viendo que Noah se ponía bastante rojo.

 

— Te estoy muy agradecido — dijo Yuen, prácticamente empujando a Lian hacia la salida —; ya que dijiste que las damas están agotadas, deduzco que deben descansar y no lo harán con un par de tipos que quieren saltar uno sobre el otro para practicar posiciones eróticas, haciendo ruidos nada recomendables para lograr un sueño reparador.

 

— ¿Y la situación va a cambiar cuando nos vayamos? — replicó Lian, comenzando a molestarse —. Prácticamente se nota que deseas follarte a Aer.

 

—¡Hey! — se quejó el aludido —. Mi valiosa imagen es más importante que un acto pecaminoso. Puedo mantener bajo control a un bárbaro lujurioso.

 

Lian y Yuen enmudecieron ante eso.

 

— De hecho — Lian se apresuró a tomar la mano de Noah, quien tenía una sonrisa sospechosa —, realmente tenemos cosas por hacer y debemos irnos de inmediato.

 

—¿Cómo que “bárbaro lujurioso”? — se quejó Yuen, se había acercado hasta Aer, con un gesto enfadado — ¿Termino de curar a las chicas y dejo de ser el amigo al que vale la pena tener cerca?

 

Lian bufó y se dejó llevar por Noah, quien ya había dejado escapar una risita. Entonces pudieron caminar lejos de la discusión que ganaba volumen a sus espaldas.

 

— ¿Ellas podrán descansar con ese ruido?

 

— Ni se darán cuenta del ruido — tranquilizó Lian, avanzando suavemente —. Dormirán bastante tiempo, para recuperar fuerzas. Podemos ir a casa para descansar también.

 

Noah hizo un ademán afirmativo y ambos caminaron a casa, en donde fueron recibidos por Paris.

 

Lian miró con detenimiento a Padre. De pronto tuvo que recordar toda la fortaleza que su padre gestante poseía, bajo esa frágil apariencia y suspiró, deslizando la mirada hacia donde se alcanzaba a escuchar la animada risa de su padre Jakov.

 

—¿Halu? — adivinó Lian.

 

— Tu padre se divierte, viendo lo limitado que su pareja lo tiene — sonrió Paris —. Apenas se le nota el embarazo y ya parece hastiado por cada gesto de protección que recibe.

 

— Vaya — Lian miró directo a Noah, quien se sobresaltó un poco — ¿Serás así cuando yo esté embarazado? — preguntó, y sonrió cuando Noah se puso tan colorado y dejó caer la mirada al suelo — ¿En serio? — picó, con travesura y le levantó la barbilla con gentileza —... ¿en serio no me habías imaginado así?

 

— P-pero... — hipó Noah, con mucho nerviosismo.

 

— Bien, basta de hablar de sexo — regañó Paris y bufó, pellizcando a Lian —, deja de avergonzar a tu pareja; evidentemente él tenía mejores cosas por hacer, que seducir a cuanto pervertido se encontrara.

 

El momento fue aprovechado por Noah, para escapar y Lian suspiró, viendo al joven perderse.

 

— ¿Y cómo se seduce a alguien “así”? — preguntó Lian, viendo que su padre también ganaba color —... por favor... — se quejó y decidió avanzar hasta donde se escuchaba a su padre. Se plantó a un lado de Jakov, viendo lo firme que lucía la imagen holográfica de Halu, quien le había mirado y esperaba. —. Hey — saludó a su hermano.

 

— Lian — Halu sonrió a lo grande —, qué bueno que te unas a la charla.

 

— Lo que queda, al menos — dijo Lian, viendo que su hermano estaba corto de tiempo —. Eres mi hermano mayor — le apuntó — ¿Cómo rayos hago para eliminar las barreras de mi tímida pareja?

 

Halu arrugó el ceño.

 

— Papá dice que eres dominante. No sé si mi consejo sea de utilidad.

 

— ¿Pero se necesita ser a quien se la metan para aprender algo en esta casa? — se exasperó Lian —. Además, hermano, por las historias que se oyen de ti, no eres precisamente sumiso, pese a que estás embarazado.

 

— Lian, basta — Javov gruñó — ¿Tengo que oír a mis dos hijos hablar de sexo? No es cómodo.

 

— Mañana puedes seguir charlando con Halu — Lian prácticamente echó a su padre —. Realmente me interesa tener un poco de ayuda con esto, papá.

 

Jakov emitió un gruñido y se puso de pie para salir del sitio.

 

— No sé si eso era necesario — comentó Halu —. Padre podría darte algunos buenos consejos para usar con tu pareja, después de todo sedujo a nuestro padre Paris.

 

— No me hacen falta los consejos — Lian se pasó una mano por la cara y bufó. —. Siento que no es tiempo para hacer esto, pero debería — rumió — . Realmente… — dudó.

 

— No fue culpa tuya — dijo Halu, entendiendo perfectamente —. Sólo eras un bebé, cuando todo pasó. Volví cuando eras un niño y me volví a ir. En realidad no tuvimos tiempo para convivir como hermanos. No te tienes que disculpar por nada.

 

— Pero realmente te detesto — gruñó Lian —. Ahora me siento culpable por eso. Me iré, como hiciste tú.

 

— ¿Y? — Halu sonrió —. No hay suficiente espacio en casa, para que nos quedemos juntos... No hay suficiente espacio en Irca, para que toda la familia este ahí... yo veo natural que algunos de nosotros dejen el territorio, para establecernos en otro, más si es al lado de nuestras amadas parejas.

 

Silencio. La verdad es que Lian no alcanzaba a comprenderlo de lleno, pese a que todas esas palabras tenían sentido.

 

— Somos hermanos, me alegra que seas feliz, Lian.

 

— ¿Por qué debes decir las palabras correctas? — se quejó Lian.

 

— Soy tu hermano mayor — Halu se burló —. Claro que puedo decir las palabras correctas.

 

Lian emitió un suspiro, sintiendo que las mejillas se le calentaban un poco y las cubrió con las manos.

 

— Sobre el consejo — insistió Halu —, papá Jakov podría darte unas pistas sobre cómo tratar…

 

— Noah no necesita trucos — susurró Lian —, sólo está un poco agobiado por verse rodeado de tanta gente desconocida y entrometida — torció los labios —. Lo demás puede ser mi culpa; no he podido charlar sobre el futuro y di las cosas por sentadas.

 

— Temo que la familia no es muy buena para eso de la comunicación — Halu le dio la razón.

 

— Pues habrá que empezar por eso — decidió Lian y se puso de pie —. Cuídate, hermano mayor.

 

— Qué descarado — se rió Halu — dices “hermano mayor” con tanta frialdad, que ni parecemos eso.

 

— ¿Y de quién es la culpa? — regresó Lian, saliendo de la habitación y dando por terminada la comunicación. Fuera estaban sus padres y les miró con serenidad —. Iré a charlar con Noah.

 

— ¿Problemas? — Paris se veía preocupado.

 

— No realmente — admitió Lian y sonrió a ambos —. Noah ha estado esforzándose por agradar a toda la familia y creo que eso lo está estresando bastante.

 

— Pobre chico — coincidió Jakov, recibiendo un golpe de Paris —. Tu familia es difícil de agradar, cariño; más cuando uno va empezando.

 

Lian decidió salir de casa, mientras Paris reclamaba a Padre por hablar mal de la familia. El mismo Lian podría opinar un poco al respecto, pero esperaba poder llegar con Noah. Pese a ello, se tomó su tiempo, a medida que caminaba a la cabaña asignada al chico y se dedicó a holgazanear un poco, pensando en el montón de problemas donde había estado involucrado por poseer su habilidad curativa.

 

... aunque dejaba de ser problemática, desde el momento en que le permitió conocer a Noah...

 

Llegar a ese pensamiento, hizo sonreír a Lian y apresuró sus pasos, hasta detenerse fuera del sitio, donde vio al chico, descansando fuera de la cabaña y comiendo una fruta.

 

Noah le miró y sonrió. Ese sencillo gesto hizo que Lian le devolviera la sonrisa y pudo admitir que algo en su interior se regocijó lo suficiente para acercarse y mirar al joven con insistencia.

 

— ¿Qué? — Noah pareció ponerse nervioso.

 

— ¿Me deseas?

 

— ¿Por qué preguntas eso, de repente? — borbotó el joven.

 

— Te pones tan nervioso e inseguro — señaló Lian — , mi cabeza no deja de hacer planes para nosotros dos, pero verte así, me hace pensar que me estoy adelantando y no debo hacerlo — suspiró — ¿Te estoy presionando, Noah?

 

— ¿Qué? ¡¡No!! — el chico brinco del asiento improvisado en el que estaba y abrazó a Lian — ¡No me presionas! ¡Me gustas tanto que no sé cómo actuar! ¡Esto de cortejar y ser cortejado es nuevo para mí porque estaba concentrado en ayudar a mi padre! ¡¡No sé qué hacer!! — gimió — Y tú... tienes tanta experiencia.

 

— Por favor, no te compares con los pervertidos que he logrado meter en mi lecho — Lian correspondió a ese abrazo —. Soy quien no sabe cómo actuar. Jamás me imaginé gustar de alguien tan inexperto. Todos los que he conocido saben qué hacer. Sé que no debo esperar que actúes como otros, pero debo admitir que no sé cómo lograr que hagas de mí un lío sudoroso de gemidos y ruegos.

 

Noah se rió ante eso.

 

— Hey, eso es inesperado.

 

— Lo sé — dijo Lian con buen humor —. Me haces desear cosas insólitas — coqueteó y bajó la voz en un ronco susurro —. De pronto quiero sentirte muy enterrado en mi culo, a medida que te mueves dentro y fuera.

 

Noah gimió ante la imagen, al mismo tiempo que un intenso rubor le bañó.

 

— Bueno — Noah correspondió al tono de la voz de Lian —, soy un buen aprendiz; por lo que me han dicho.

 

El silencio llenó el lugar en el que ambos jóvenes permanecían abrazados. La oscuridad se volvió cómoda, a medida que ambos permanecían así, abrazados y manteniendo sus miradas conectadas en un silencioso debate, acompañado tan sólo por los tenues ruidos nocturnos.

 

Entonces Lian apartó su cuerpo, manteniendo la mano de Noah atrapada y caminó al interior de la cabaña, llevándole consigo. El joven deslizó la mirada en el sitio, hasta localizar el cómodo lecho y se tensó un poco, sin saber si era correcto lo que estaba a punto de hacer.

 

Fue un gentil empujón de Noah, lo que le hizo avanzar con suaves pasos hasta el sitio y sintió el momento exacto en que Noah se liberaba, para adelantarse y colocarse justo frente a Lian.

 

— Sé que soy un hablador, pero me estoy quedando en blanco — admitió Lian.

 

Noah le miró con amor.

 

— Entonces deja que nos comuniquemos como mejor hacemos — ofreció—; deja que tus vibraciones lleguen hacia mí y me guíen. Ellas sabrán expresar lo que deseas y yo sabré leerlas y seguir su instrucción.

 

¿En serio? ¿Podría hacerlo así? Lian se mojó los labios y bajó la cabeza. Sintió que Noah le tomaba gentilmente con ambas manos y las miradas volvieron a conectarse.

 

Lian suspiró y liberó sus vibraciones, antes de estrechar a su pareja en un gentil beso. Lo escuchó gemir en el instante justo que ambas lenguas se encontraron en una insistente danza, hasta que el primer choque de dientes rompió el beso y Noah depositó un beso en la barbilla de Lian, al mismo tiempo que sus manos comenzaron a deslizarse desde los hombros hasta la espalda.

 

Noah localizó el primer amarre de la prenda y lo deshizo fácilmente, desnudando ambas piernas; fue entonces que pudo tocar la tibia piel de la cintura de Lian, sonriendo ante la guía de sus vibraciones, por lo que deslizó los dedos hacia el firme trasero, abarcando ambas nalgas, donde se encargó de apretar un poco.

 

— Interesante guía — señaló, logrando que Lian enrojeciera de vergüenza —. No te limites — pidió —. Enséñame todo lo que deseas que haga contigo.

 

— Y yo preocupado por tu virtud — ironizó Lian.

 

— Bueno — Noah le miró con seguridad —. Creo haber escuchado que no has iniciado tu celo — le dio un besito —. En eso estamos iguales. Sin embargo yo no estoy obligado a sufrirlo; yo decido el momento en que deseo activar mi celo.

 

Lian jadeo ante eso.

 

— Por eso — Noah continuó —, estaría bien tener un poco de guía y lograr hacer de ti ese lío sudoroso que tanto deseamos.

 

Lian no sabía si podría continuar con la guía, cuando resultaba obvio que Noah era perfectamente capaz de captar el sentido de cada una de sus vibraciones y quedó perfectamente desnudo, antes de que esos labios comenzaran a chupar y mordisquear la piel desprevenida. Primero el cuello, recorriendo con una senda de besos y lamidas al hombro derecho, antes de verse girado y empujado contra la pared, donde tuvo que apoyar las manos para no golpearse la nariz, por el repentino movimiento.

 

Y la verdad es que hubiese estado bien protestar, pero la boca de Noah conectó con su piel de nuevo, justo encima del camino descendiente de sus vértebras, depositando más besos, lamidas y mordiscos.

 

Las manos de Lian se apoyaron mejor y empujó su espalda contra la boca de Noah. Entonces acomodó mejor sus rodillas, posicionándose mejor contra el cuerpo del otro joven, metiéndose entre sus piernas y empujándose mejor contra el vértice de sus piernas, logrando el roce necesario que le robaron un gemido satisfecho.

 

— Necesitas desnudarte también — protestó, al no sentir la piel desnuda de Noah, contra su trasero.

 

— No es el mensaje.

 

— ¿Mensaje…? — Lian gruñó confundido y estuvo a punto de detener todo, pero una firme palma que se escurrió con firmeza en su abdomen, bajando justo en el nacimiento de su erección, cayó su elaborada protesta.

 

— Deberías confiar más en el mensaje que tus vibraciones me da.

 

Oh… ¿ese mensaje? Lian jadeó, cuando los largos dedos de Noah se cerraron en su erección, deslizándose con malvada lentitud. ¿Sus vibraciones no querían a Noah desnudo?

 

El joven no alcanzó a analizar esa irregularidad, cuando se sintió movido de nuevo y unos dientes mordieron con algo de saña una de sus nalgas. La mano que había estado atendiendo su erección, abandono el trabajo, para resbalar por su cadera, tocando la otra nalga y alcanzando la sensible entrada entre ellas, tocando y provocando.

 

—¡Demonios! — jadeó Lian.

 

¿En serio? ¿Tanta era su urgencia?

 

— Deja de pensar — regañó Noah y una palmada chocó contra su desprevenida nalga, haciéndole chillar entre la indignación y la excitación.

 

— ¡Deja de ser tan mandón! — protestó Lian, haciendo reír a Noah.

 

— No tienes que avergonzarte por lo que deseas, Lian — susurro Noah, justo al mismo tiempo que ese dedo entraba en Lian y le arrancaba un ronco gruñido de placer.

 

La acción apagó el cerebro de Lian, quien arqueó su espalda, acomodando mejor su culo a ese dedo que ganó espacio en su interior y sintió la manera en que se movía, explorando, ensanchando y acariciando.

 

Noah chasqueó la lengua, viendo que la resistencia había terminado y agradeció haber logrado ocultar el mortal rubor que bañaba su rostro. La verdad es que todo esto era un poco abrumador, ya que las vibraciones de Lian le arrastraban a actuar en busca de satisfacer a ambos. La prisa con la que su pareja deseaba ser poseído, pudo causar problemas a ambos, pero Noah había podido interpretar más allá del deseo oculto del joven, quien parecía estar más que dispuesto a dejar el control en sus manos.

 

Lian dejó escapar otro jadeo y Noah clavó la mirada en un intenso tatuaje negro que alcanzaba a verse en su preciosa espalda. Inclinándose, pasó la lengua por la línea negra, sintiendo el temblor en la pálida piel, antes de meter otro dedo en ese mojado y apretado lugar, donde fue bien recibido.

 

¿Estaba siendo extraño? Ni Noah lo sabía. Sencillamente no había tenido tiempo de pensar o interesarse en el sexo. Ahora descubría que estaba perfectamente interesado en Lian y en cada estremecimiento que podía sentir en su cuerpo, a medida que metía y sacaba más sus dedos, ganando espacio en ese apretado interior.

 

— ¡Fóllame ya, maldición! — ordenó Lian.

 

Así, sin desnudarse, tal como la mente sucia de Lian se encargaba de transmitir, a través de sus vibraciones. Noah rió ante eso y sacó los dedos del cuerpo de Lian; hurgó entre sus pieles, logrando extraer su dolorosa erección y la acomodó contra la húmeda entrada del joven, empujando tan sólo para meter sólo la punta, y escuchar otro sonido de protesta. Fue justo ese ruido la señal que Noah estaba esperando, para callar cualquier grosera frase y empujar toda su erección en el interior de Lian, quien se sostuvo, empujando contra él.

 

Fue indescriptible y ambos jadearon, disfrutando de la sensación, antes que Noah sacara su pene, tan sólo para volverlo a meter y repetir la acción una y otra vez, en busca de fabricar ambos orgasmos.

 

El interior de la habitación se llenó de jadeos y ruidos sexuales. El golpeteo de ambas pieles tan sólo aumentó el libido de Noah, quien tomó las caderas de Lian, apretando con los dedos y mirando la manera en que su pene entraba y salía de ese apretado lugar. Era una visión hipnotizante que le excitaba más y tan sólo le motivaba a seguir moviéndose.

 

Una vibración con la excitación de Lian le golpeó con tanta fuerza, que Noah maldijo y apoyó la cabeza en la sudorosa espalda de Lian, viendo la manera en que su cabello bañaba la bella piel del muchacho.

 

Se había detenido tan solo un momento y volvió a empujar, esta vez con más saña, a medida que sentía que su peso aplastaba a Lian contra los mullidos cojines. Eso provocó que su penetración escapara de entre las nalgas de Lian y se incorporó para tomarle de las piernas y moverlo un poco, logrando ver ese gesto desfigurado por el placer. Acomodó una rodilla justo en su hombro, tomando la erección para volver a internarse en ese resbaloso interior.

 

Los párpados de Lian cayeron pesadamente, sin poder sostener la mirada a Noah, quien no podía apartar los ojos de cada gesto descontrolado. El ardhyn se sostuvo mejor de la pierna que mantenía sobre su pecho y continuó empujando contra el interior de Lian. Poco a poco sintió la manera en que su orgasmo se constituía, pero fue necio en empujar y ver que Lian llegara primero.

 

Fue compensado con el mudo jadeo de Lian, quien arqueó su espalda, arañando los cojines y lo vió eyacular copiosamente el blanco semen sobre su pecho; entonces Noah se mordió el labio inferior, empujando contra ese interior que se había apretado más, dejando escapar un bramido en el instante que el orgasmo le golpeó con fuerza y se se sintió derramar en ese caliente canal.

 

Agotado, cayó encima de Lian, luchando por recuperar la respiración y soltó una risa nerviosa, sin poder creer lo increíble que había sido todo.

 

— Así que todo eso es lo que mis vibraciones logran… — susurró Lian, tratando de recuperar el aliento —; te he corrompido.

 

— Espero que eso no sea una queja — Noah salió gentilmente de ese cuerpo y estrechó a Lian contra su cuerpo, sintiéndose agotado, de repente.

 

— No lo sé — admitió Lian.

 

— Bueno — bostezó Noah —, para imaginarte embarazado, primero debo iniciar conmigo, embarazándote.

 

El comentario arrancó una risa en Lian, quien cubrió a Noah con una piel y se acomodó contra su cuerpo.

 

— Eres buen aprendiz.

 

Noah sonrió.

 

 

 

 

 

1 de oct. de 22

 

 

 

 

 

 

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