sábado, 13 de junio de 2020

Capitulo 51

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Capítulo 51

Un sonido desesperado se dejó escuchar en el área de reuniones y Rar levantó la mirada para ver entrar a uno de los guardias de la frontera. Estaban haciendo los preparativos para la recolección de hierbas medicinales de ese año, y había dado instrucciones específicas de no ser interrumpido, así que estaba listo para dar un castigo ejemplar al guardia, aunque el hombre no le dio tiempo.

—Tres hombres han penetrado y se dirigen a la plaza central— informó el guardia— . Vienen de Irca y exigen entrevistarse con usted.

— ¡Sabes mis órdenes! — Rar gruñó — ¡Nadie de Irca tiene permitido entrar a territorio de Derol! ¡Tienes autorizado matarles por tal atrevimiento!

—Yo no tengo la habilidad de matar a un Pakhupra— se excusó el hombre—. Además, dos de esos hombres son nativos de Derol. ¡Y vienen resguardados por un Ghut!

—Nativos de Derol— se alarmó Rar, dando por finalizada la reunión y caminó hacia una esquina, donde guardaban armas—. Convoca al resto de guardias y esclavos. ¡Derol claramente está siendo atacada por Irca!

Dicho eso, salió apresuradamente. Sabía que su orden era seguida, pero no tenía tiempo de esperar el respaldo ya que sabía perfectamente la identidad de los dos hombres, originarios de Derol.

¿En serio? ¿Los dos hombres más repudiados por Derol, se habían atrevido a volver?

¡Además acompañados de un Pakhupra, justo desde Irca!

Rar se arrepintió de no haberlo matado, cuando tuvo oportunidad.

Ese era su principal pensamiento mientras empujaba a la gente que le impedía llegar hasta la plaza central. Escuchó los pasos veloces de los guardias y se plantó frente a los invasores.

— Kanan — gruñó Rar.

Kanan le miró con serenidad. A Rar le pareció extraño no ver odio en su mirada; la verdad es que todo hubiese sido más sencillo si Kanan le odiara y eso le cegara lo suficiente, para atacarlo.

Demonios.

Kanan se hacía acompañar por dos hombres más, el de cabello azul, debía de ser el despreciable Gara, de quien todos tenían prohibido hablar; y el hombre más pequeño y de cabello blanco era sin duda el Pakhupra.

Además había un gran ghut blanco, junto a ellos, sentado sobre sus patas traseras y mirando todo con una temible atención.

— Rar — saludó Kanan, sin inmutarse en el momento en que las armas apuntaron hacia ellos—. He venido a exigir que te retires de Derol…

— ¡Mátenlo ahora!

—Kanan tiene derecho a hablar— informó Gara y miró a la gente reunida— . Más si tiene conocimiento de una acción repudiada por Derol.

— ¡Nadie respalda a Kanan! — Rar gritó— ¡Es una abominación! ¡No le bastó con atacar sexualmente a Othok, también lo mató, cuando él lo rechazó!

—Me preguntaba lo que habías dicho al antiguo jefe y convencerlo que te legara su puesto— Kanan dejó ver tristeza.

— ¿Qué esperan? ¡Mátenlo! — ordenó Rar.

Los guardias se movieron y el ghut se incorporó, gruñendo en advertencia, listo para saltar.

Gara y Valder también se pusieron alerta y el tiempo pareció paralizarse cuando una voz agregó tensión al momento.

— ¡Yo quiero escuchar a Kanan!

Los murmullos se interrumpieron y la gente se movió en busca de la persona que había dicho eso; el propio Rar buscaba.

Al frente de donde Rar estaba, la gente comenzó a abrir paso, hasta dejar ver a una linda joven de menuda estatura que caminaba hasta el centro de atención; su cabello rizado se alborota con el viento y ella tomó las suaves hebras para atarlas en un listón.

— Jadeth — Kanan miró a la joven. De toda la gente en Derol era la última persona que pensó que querría escucharle; más por la mentira que Rar había dicho. La verdad había esperado a Padre.

— ¿Justo tú, Jadeth? — Rar le apuntó con un dedo— ¡Ya te expliqué que Kanan mató al padre de tu hijo por rechazarlo! ¡Tu hijo es huérfano por su culpa!   

— ¿Eso es así? — ella levantó la barbilla— ¿Qué sabes tú, Rar? No fuiste tú quien escuchó las ilusiones y metas de Othok. No fuiste tú a quien le confió su amor y temores. Yo soy la persona que quedó sola por la muerte de Othok. ¿Kanan tiene algo que explicar? Yo quiero oírlo.

— ¡Kanan no tiene derecho a insultarnos con su presencia!

— ¡Es mi derecho el que proclamo! — exclamó Jadeth, con fiereza y miró a la gente reunida— Tengo derecho a escuchar, si existe la posibilidad que un engaño haya ocurrido.

— ¡Mátenlo ahora! — ordenó Rar. Los guardias titubearon.

Gara sonrió. Valder vio eso y se relajó.

— ¡Basta con que uno apoye a Kanan para permitir que hable! — retó Jadeth a Rar. Había fiereza en su mirada.

Los murmullos volvieron. La gente demostraba confusión.

—Yo quiero escuchar a Kanan— un fornido hombre salió de entre la multitud. Kanan lo reconoció, era uno de sus amigos.

— ¡No! — Rar perdió la paciencia— ¡Yo soy el Jefe de Derol! ¡Yo mando aquí!

Murmullos.

—No tiene habilidades de villano— ironizó Valder.

—Eso es bueno— Gara no perdía detalle de lo que estaba ocurriendo. La gente no dejaba de cuchichear.

—Deja que hable.— intervino un anciano.

— ¿Qué ocultas? — se oyó otra voz.

— ¡Yo quiero oírlo!

Los guardias bajaron las armas.

—No tienes nada que temer, Rar— dijo Kanan— Tan sólo voy a decir la verdad.

— ¡¡No te atrevas maldito desviado!! — Rar perdió la paciencia y se lanzó contra Kanan, sacando el arma que había tomado de la sala de reuniones— ¡¡Voy a matarte con mis propias manos!!

Fue un movimiento rápido, pero estúpido. Kanan eludió fácilmente el ataque, moviendo su cuerpo hacia un lado e hizo lo mismo con el siguiente. Mientras las desesperadas estocadas de Rar, seguían cortando el aire, Kanan decidió hablar.

—Rar descubrió mi anhelo de amar a otro varón y decidió seducirme a las afueras de la aldea. Su plan era que Othok nos descubriera; quería que Othok me condenara y echara de Derol, siendo Rar el héroe que había descubierto al “desviado”.

—Othok jamás haría eso— aseguró Jadeth— Sabía perfectamente sobre los secretos de Kanan. Lo protegía.

— ¡Cállate mujer! — gritó Rar.

Todas las miradas estaban clavadas en la escena. Nadie hablaba y escuchaba perfectamente. Incluso Gara, Valder y Xion se habían unido a la multitud.

—Othok se enfadó con Rar— continuó Kanan— pero Rar siempre ha tenido un plan de respaldo… Siempre… Cortó el cuello de Othok y le clavó un puñal en el pecho, gritando a los guardias.

Jadeth gritó de dolor y cayó de rodillas llorando, una amiga se acercó a consolarla.

— ¡Mentira! — gritó Rar, lanzando otra estocada.

—El corte en el cuello— se oyó a un guardia— era demasiado largo y profundo como para haber sido hecho de frente.

— ¡Mentira! — bramó Rar.

—Rar, retírate de Derol, no eres digno de ser su Jefe— le dijo Kanan.

— ¡No eres digno! — secundo alguien.

— ¡Yo soy el Jefe! ¡Jamás renunciaré!

—Entonces— Kanan sacó su arma y apuntó hacia Rar— Yo lanzo el reto. Pelea conmigo; quien gane será el Jefe de Derol.

— ¡Que así sea! — se oyó

— ¡Que así sea! — repitió un trío.

— ¡Que así sea! — retumbó la multitud. Fue la frase una y otra vez, ahogando los gritos de furia de Rar, quien atacaba una y otra vez.

Era una pelea desordenada. La furia entorpecía la posible habilidad de Rar, si es que poseía alguna. Kanan, en cambio, demostraba los resultados de haber entrenado con Miwo, de hecho no usaba todo su potencial. Por eso ganó. Desarmó a Rar, lanzando su arma por el aire, hasta que se clavó en el suelo con un sonido metálico.

— Perdiste — Kanan le apuntó con el arma en alto—. Vete, Rar. Te expulso de Derol— ordenó y giró para mirar a sus acompañantes. Vio que Xion se incorporó, ronroneando y dio algunos pasos, pero se detuvo en seco y los pelos en su lomo se erizaron. Eso hizo que Kanan reaccionara, antes de que sugiera el grito de advertencia del ghut, giró con el arma en alto y el filo se clavó limpiamente en el pecho de Rar.

Kanan vio caer al hombre y tragó con dificultad. Sintió al ghut a su lado, antes de ver la muerte en los ojos del hombre.

— ¡Ese tramposo! — Xion gruñó— ¡Iba a atacarte por la espalda!

—Como a Othok— lamentó Kanan.

—Irca respalda a Kanan— se escuchó la clara voz de Valder— legítimo líder de Derol.

— Derol acepta — corearon los aldeanos.

Xion emitió un rugido de aprobación, recibiendo una caricia en su cabeza.

Lo habían logrado.

Por Derol y la felicidad de su gente. Toda su gente.

***********

Shava entró a la sala de reuniones, donde estaba su pareja y notó el aleteo del ave mensajera, así como el papel en la mano de Miwo.

— ¿Malas noticias?

— No estoy seguro — admitió Miwo y entregó el mensaje a su pareja— El líder de Ingrawn pide permiso para entrar a Irca, con su pareja.

— Eso es raro — Shava leyó la nota— El líder de Ingrawn no suele hacer visitas diplomáticas.

— Ve por Yuki — pidió Miwo al guardia y Shava terminó de leer.

—Es bastante prudente al informar que su pareja es un Morgal, y pariente de Yuki.

— Supongo — Miwo vio entrar al hombre y suspiró— ¿A qué se debe que el líder Ingrawn sienta la necesidad de informarnos que su pareja es pariente tuyo, para entrar a Irca?

—¿Ellos vienen a Irca? — Se sorprendió Yuki y vio que esperaban su respuesta. Dirigió su mirada a Shava—. Mi tío Larhz armoniza con la vida: la Tierra. La casta real muestra su habilidad en su apariencia física. Si hay alguien a quien la abuela Warh prohibió salir, porque sería reconocido inmediatamente, ese era mi tío Larhz.

—Es por eso que el Jefe Ingrawn dio toda esa información— comprendió Shava—.  Vas a recibir a un Morgal que no se puede esconder de los demás.

Miwo emitió un gruñido, imaginando precisamente eso y recordando lo que había dicho a Yuen hace poco.

—Has logrado escapar de Van— observó Miwo, necesitando tiempo para pensar lo del líder Ingrawn.

—Van desea medir fuerzas conmigo— informó Yuki— Piensa que pude perder energía, al salvarlo, así que está esperando.

— ¿Y no fue así? — le miró Miwo.

— ¿Con ese Xhes? — Yuki arrugó el ceño—. Fue más desgastante, tratar de salvarnos de Shava.

— ¿Van logrará vencerte?

Silencio.

— No — admitió Yuki— Pero imagino que sus sistemas de conexiones neuronales podrían ponerme el combate difícil.

— ¿Saldrá herido?

—Sólo lo suficiente, para que no crea que le falto al respeto— Yuki se pasó la mano por el cabello—. Aunque hemos charlado más sobre los viajes que he hecho. Eso le gustaba más, antes que se olvidara de nuestra amistad. Siempre hace muchas preguntas.

—Está perdiendo pronto el interés en pelear— suspiró Miwo—. Es muy pronto para recibir a un Morgal en la aldea— decidió y fue en busca de papel, donde escribió un mensaje—. Ya tenemos que comenzar a hablar de ustedes para que esto sea menos peligroso y pueda circular con más libertad— fue hasta el ave y colocó el mensaje, viendo que el animal extendía sus alas, para partir—. No voy a estarlos cuidando siempre.

Shava sonrió.

—Ya hablas como todo un Jefe.

—No es tan divertido, como quieren hacer parecer— se quejó Miwo y volvió a mirar a Yuki— Tu tío ¿es fuerte?

— Tiene sus medios — respondió el joven—. Aunque usa sus habilidades para restaurar la vegetación. Jamás lo he visto pelear.

—Va a resultar que la casta Real Morgal no tiene habilidades para pelear.

—Son más útiles a las necesidades de un pueblo— reflexionó Yuki— Y siempre son cuatro. Cuando la abuela Warh decida pasar al otro plano, es porque ya ha nacido un heredero del agua.

— Mmm — Miwo no tenía ganas de escuchar de herederos— Ya puedes ir a casa— murmuró— de todos modos, no creo que pase mucho tiempo para que vuelvas a Irca.

Yuki salió del lugar y Shava se acercó a su pareja.

—No tienes que asumir que Van volverá a enamorarse de él.

— Lo hará — Miwo gruñó— Ese Yuki es simpático, una vez que deja de estar aterrorizado. Nuestro hijo lo supo antes, por eso le tuvimos que borrar el amor. Ahora resulta que nos equivocamos porque ese hombre le mira con demasiado anhelo y amor. ¡Sabe que nos equivocamos y no se ha aprovechado de eso!

Un ave entró a la sala y se posó cerca de ambos. Miwo le quitó el mensaje y lo leyó. Una sonrisa adorno su rostro.

—Derol tiene un nuevo líder. Será nombrado con una gran fiesta y estamos invitados.

*******

— ¿Y te está entrenando? — Nirac bufó— Mejor únete a Kneck y a mí. Le vas a estropear el peinado.

— Lo sé — Vikh estaba sentado, con la barbilla apoyada en ambas manos, mirando a Luc, acomodarse el cabello y la ropa, mientras pasaba el tiempo de descanso del supuesto entrenamiento— ¿Yuen lo lleva mejor?

— No he ido a comprobar — admitió Nirac— Algunas cosas, mejor no saberlas.

—Odiaría saber que le va mejor— bufó Vikh— En ese caso, me le aparezco a Aer y dejo que me gane.

—¿Tanto así?— Nirac se carcajeó.

—Al menos Aer no tiene “entrenando” a Yuen.

—Pensé que tomarías más en serio el entrenamiento, después de tu encuentro con el Xhes.

—Lo que tenía en mente no se parece a esto— Vikh señaló a Luc.

—Me lo imagino.

— ¡El descanso acabó! — anunció Luc.

—Hey, Luc. — Llamó Nirac— ¿Por qué no trabajamos juntos? A Vikh le hará bien conocer varias técnicas de combate y defensa. Con su velocidad, será algo digno de ver.

—¿Velocidad?— Se interesó Luc.

—Vikh tiene una habilidad sorprendente— le informó Nirac—. Cuando tenga mayor destreza, será algo digno de ver. Incluso la cacería le aportará aprendizaje.

— ¿Por qué no me ahorras todo este sufrimiento y me transfieres algo de habilidades? — pidió Vikh

—De nada te serviría— se burló Nirac— ¿Para qué quieres poner más poder en un cuerpo débil?

— ¡Au! — gruñó Vikh. — De todos modos, ¿Por qué incluyes a Luc?

— ¡Qué grosero!

—No te lo puedes quitar de encima, ¿cierto? — Vikh gruñó a eso— Mejor que se una.

—Las cosas son un desastre últimamente— se quejó Vikh— Hay demasiada gente extraña en el grupo.

—Tienes una idea un poco distorsionada sobre hacer amigos— se burló Luc—. La mayoría de los amigos comienzan siendo extraños.

— ¿Amigos? — se sorprendió Vikh.

— Luc tiene razón en eso — dijo Nirac con una gran sonrisa—. Mi padre Galluk cocina hoy; vengan a comer con nosotros.

— ¡Genial! — se animó Vikh

— Ahí los espero — Nirac se puso de pie y caminó hacia la aldea.

— ¡El humor te ha cambiado bastante! — observó Luc.

—La comida de Galluk tiene magia— Canturreo Vikh de estupendo humor.

—Pues el buen humor te sienta bien— Luc lo dijo en un tono diferente al que Vikh se había acostumbrado— Es algo… familiar. Tener familia es lo mejor.

— En eso tienes razón — le reconoció Vikh.

Luc guardó silencio. Seguía viendo a Vikh, quien estaba bastante contento.

¿Estaría pensando en la comida que tendría más tarde?

Luc bebió esa imagen, bajando la guardia un momento, era interesante ver a ese Vikh.

Le daba un poco de envidia.

¿Hace cuánto que Luc no veía a su familia?

—Hay que buscar un obsequio— decidió Luc, sorprendiendo a Vikh— No puedes llegar a una casa en que te han invitado sin un regalo.

— ¡El juglar quitándose el ego! — se rio Vikh.

— ¿Ego? No es ego. Yo soy sencillamente perfecto.


*********


Yuen llego a casa al anochecer. Le extrañó ver a Aer fuera, sentado, bebiendo tranquilamente. Lucía triste.

La verdad es que eso sorprendió a Yuen, ya que estaba acostumbrado a verlo con un halo de superioridad e impertinencia. Incluso lo veía solícito con las chicas, para que ellas estuvieran bien.

—Esa expresión no luce nada bien en ti— fue el saludo de Yuen, quien se sentó a un lado suyo. Estiró una mano y tomó el licor para beber.

—De pronto veo que hay más cosas. Mucho que desconocíamos en Xhes. Tal vez sea sano tener otras expresiones.

—Escucharte esas palabras es muy sorpresivo— admitió Yuen— ¿Pasó algo para que estés así?

— Todavía preguntas — Aer bebió de nuevo— Las acciones de Tuna…. Xim… No concuerda con todo lo que hemos aprendido. ¿Por qué lo hicieron?

Yuen permanecía en silencio, no tenía respuestas para eso.

—De acuerdo a lo que aprendí, los terranos son inferiores— murmuró— . Debido a ello tenemos el deber de ser compasivos. Lo que ellos hicieron no demuestra compasión.

—Definitivamente no fueron compasivos— acordó Yuen.

—Tampoco los terranos son inferiores… después de todo, somos nosotros los que nos estamos extinguiendo, eso nos obligó a necesitar ayuda… Vaya superioridad— se quejó.

—Las chicas lucen mal, no sólo parece ser cuestión de fertilidad.

—Ahora pienso que también provocamos esto— Aer se sirvió más licor— ¿Las presionamos demasiado? Ellas se han esforzado tanto— lamentó y se pasó una mano por el cabello— Hace ciclos, las crías comenzaron a nacer enfermas… Y, entonces, dejaron de nacer cachorros… y la población se fue disminuyendo…— rio—. Y esos dos cometen esa bajeza… lo que nos deja a una presumible población de siete— ironizó— ¡Somos siete!

Y ahora resulta que los varones Pakhupra no podían embarazar a las seis chicas. Todo el esfuerzo que habían hecho fue en vano.

Incluso la muerte de los dos guardianes resultó ser inútil.

Sus acciones tan sólo demostraron lo indignos que eran, haciendo que Aer comenzara a notar y preguntarse muchas cosas.

—A lo mejor no era la única cosa en la que estábamos equivocados— reflexionó Aer— Incluso el objetivo puede estar mal.

— ¿Tu objetivo de aumentar la población Xhes? — se sorprendió Yuen.

—Con lo que nos explicaste, creo que la fertilidad de las chicas no tendrá solución.

Yuen no lo interrumpió; de pronto, quería escuchar el resto.

— Ellas se han esforzado tanto — lamentó Aer— Todo su trabajo para quedar embarazadas. Remedios y más remedios… Merecen preocuparse por sí mismas… Merecen ser felices. ¡Al diablo con el embarazo! Si la raza no va a restaurarse, al menos tienen tiempo para recuperarse físicamente; quizá conocer a alguien, o no (¡lo que ellas quieran!) … ¡Y ser felices!

— Wow — Yuen sonrió— ¡Te has vuelto todo un adulto!

Ambos se rieron.

Yuen sirvió más licor a ambos y se acomodaron mejor.

El Aer de ese momento le simpatizaba bastante. Era tan humilde y verlo analizar todo lo ocurrido y ahora admitía que estaba en un error.

Llegar a ese momento no debió ser nada fácil para Aer.

—Pues hay que trabajar para que esas seis chicas sean felices— decidió Yuen— En el próximo enlace, les presentaré a mis amigos.

—Habrá que ponerlas guapas— apoyó Aer.

— ¡A conseguirles prendas hermosas! — Aer se rio de lo que dijo Yuen— Conozco una persona que deja el cabello brillante.

—Me apunto a lo del cabello.

—Ya son lindas, pero podemos conseguirles un adorno para el cabello.

—Al final, van a tener problemas para elegir hombre— exclamó Aer, y ambos rieron a carcajadas.

—Lo primero es asegurarnos que estén sanas— murmuró Yuen, después de un momento—. He pedido a mi primo Lian que me ayude con eso.

—¿Qué quieres decir con eso?— preguntó Aer, luego de un extenso silencio.

—Lian revisará y curará cualquier enfermedad que encuentre en ellas.

—¿Cualquiera?

Yuen suspiró

—Ellas recuperarán su fertilidad.

Silencio

— Vaya — susurró Aer, al fin.

—¿Vas a cambiar de opinión?— quiso saber Yuen.

— No — Aer bufó— Ellas son libres de vivir su vida como quieran, sin la responsabilidad de restaurar nuestra raza. Ya no somos Xhes; somos personas y merecemos libertad de nuestra propia educación.

La verdad es que Yuen no supo la razón. Sencillamente se acercó a Aer, le tomó los hombros para acercarlo y lo besó.

Aer se paralizó un poco, pero sus labios se abrieron y participó en el beso.

Ese Aer había pasado por bastantes días pensando en todo eso. Todos esos pensamientos lo atormentaron bastante y se notaba que le costó trabajo llegar a esa conclusión. De hecho, se veía triste, al llegar a ello. Ese Aer le gustaba. Le gustaba lo suficiente como para besarlo y sentir el tibio calor que emanaba su cuerpo.

¡Qué pequeño era Aer! Lo curioso es que se amoldaba perfectamente contra el pecho de Yuen. Que extraño que un individuo que había demostrado tan horrible carácter, se sintiera tan bien en sus brazos.

Yuen rompió el beso y apoyó la frente en la de Aer. Las pupilas de él estaban dilatadas y había un brillo atractivo. Le tocó los labios hinchados y deslizó el dedo en ellos.

— ¿Por qué fue eso? — murmuró Aer. No había quitado la vista de la de Yuen.

Yuen se encogió de hombros. No tenía respuesta a eso.

—No lo sé… no pude resistirlo … De pronto estoy contento.

—Creo que yo también estoy contento— admitió Aer— Algo cambió.

—Tú cambiaste.

— ¿Cambie?

—Mucho

Aer tragó.

—Fue doloroso.

— Lo sé — Yuen le retiró un mechón de la cara y volvió a besarlo.

**************

Luc caminó junto a Vikh. El camino hasta la cabaña del tío del joven fue un poco largo, pero la charla redujo la sensación. Bueno, no propiamente charla ya que Vikh era el único que hablaba sobre su familia.

Hubo un momento en que Luc deseo pedirle que dejara de dar información sobre su familia, pero permaneció en silencio.

¿Por qué cambiaba tanto un joven desconfiado al ser mimado por su familia? Luc convivía poco con su familia, pero no se relajaba a ese nivel.

Luc jamás se sintió así de seguro, como para bajar la guardia.

Era extraño, admitió Luc, no debería empeñarse en conquistar a ese chiquillo cuando tenía valiosas ocupaciones de las que encargarse. Además, ese chiquillo lo había rechazado varias veces. El muy descarado tenía que comprender su error.

Claro que era complicado darle una lección cuando Luc lo encontró mal herido. La prioridad, en ese momento, era asegurar su salud. Entonces Luc encontró una inesperada oportunidad para hacerse útil a Vikh; se ofreció para ayudarlo y enseñarle a defenderse. Tenía toda la intención de auxiliarlo, pero también estaba demostrando lo atractivo que era.

La verdad no sentía que estuviera haciendo avances.

Era frustrante.

Luc bufó. Estaba perdiendo el tiempo.

Y sin embargo, ahí estaba, caminando para cenar.

Sí, bueno, le prometieron que sería una comida exquisita, pero no dejaba de ser una pérdida de tiempo.

Nirac los invitó al comedor donde se acomodaron y charlaron sobre los avances de Vikh en el entrenamiento. Luc tuvo que notar la preocupación en esas preguntas y pensó en lo afortunado que Vikh era. Qué extraño que un chico tan perezoso, incluso para mostrar afecto, recibiera todas esas atenciones.

—Dices eso porque no conoces bien a Vikh— dijo Nirac, cuando Luc preguntó— En el fondo de toda esa nube de pereza, hay un chico encantador. Alguien que se lanza con todo para proteger a quienes ama.

—Y al final resulta que he tenido razón en no querer hacerlo— se quejó Vikh— Me dieron una buena paliza.

¿Un chico encantador? Bueno, Luc podía admitir que fue una sorpresa verlo enfrentar al Xhes; en verdad lucía determinado y hasta podía admitir que se había sorprendido.

Luc jamás se había arriesgado así por nadie. Su familia no estaba en peligro, por lo que no había necesidad siquiera de pensarlo.

De todos modos, ver eso en Vikh, sorprendió al hombre; después de todo había estado apareciéndose “casualmente”  frente a Vikh con la firme intención de seducirlo.

—Es bueno que por fin te hayas interesado en poner en forma ese torpe cuerpo— intervino Galluk, cargando un enorme recipiente del que desprendía un aroma delicioso.

— No soy torpe — bufó Vikh— Soy el más rápido de la aldea.

— El más rápido del planeta — dijo Enu— mi amigo me lo dijo.

—Pues ya vimos que eso no basta para evitar las heridas— Galluk comenzó a servir el guiso.

—Por eso estoy entrenando.

—Después pueden seguir con la charla— Shuzhek acercó cuencos en los que sirvió la bebida.

Era molesto, decidió Luc en silencio. ¿Qué tenía de especial esa familia para no tener que esforzarse? Incluso era inaceptable que Luc se esforzara tanto en conquistar a ese chico y no tuviese muestra de logros.

— De repente estás muy serio — señaló Vikh— No es común en ti.

—No es como si nos conociéramos a la perfección para que estés seguro de eso— Luc sonrió, pero sentía molestia.

— En eso tienes razón — concedió Vikh con evidente apatía— Podrías ser un individuo con otras habilidades y yo no lo sabré realmente.

—Tienen tiempo para conocerse— interrumpió Nirac— Ahora coman.

Cada cosa tiene su tiempo, aceptó Luc, masticando su bocado y se animó al comprender que había dedicado mucho tiempo a Vikh.

Sencillamente tenía que aceptar que había sido tiempo perdido y continuar con sus proyectos y viajes.

Ya con ese pensamiento en mente, pudo disfrutar más la comida y observar el lugar con detenimiento. Era un sitio bastante bonito, la verdad.

— ¿Por qué no nos hablas de ti? — quiso saber Shuzhek— Nirac no ha invitado a nadie, así que eres quien llama la atención.

—Es una manera elegante de llamar aburrida a la familia— se rio Nirac y Vikh hizo un ademán afirmativo.

— Soy un juglar — dijo Luc con orgullo— Mis hazañas se acompañan mejor con música, pero temo que no he traído ningún instrumento.

— Tengo algo — dijo Galluk— Me pareció lindo, cuando viajaba y lo he guardado.

—Me preguntaba por qué no te habías desecho de él, si no sabes tocarlo— murmuró Shuzhek.

— Me gusta cómo luce — dijo sencillamente Galluk— Vayan por él. Está en la habitación.

Nirac se incorporó.

— Te acompaño — también se levantó Luc — Mejor saber si es uno de los que sé tocar.

— Buena idea — Nirac suspiró y ambos entraron a la habitación.

Luc vio al instante el instrumento; era uno de los que mejor tocaba, también vio un brillo de reojo y deslizó discretamente la mirada hasta toparse con la preciada joya que tanto le había gustado hace tiempo.

— ¿Es útil? — preguntó Nirac, viendo que el aparato estaba fijo a la pared.

— Lo es — Luc vio que Nirac trabajaba para tomar el instrumento musical y no maltratarlo.

Tomar la joya fue más rápido y fácil.





 

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